Qué injusta es la luz,
Que ilumina unos muros con su fuerza,
O su clarividencia o su ternura,
Y a otros los deja en la sombra,
Abandonados a la mendicidad.
Qué injusta es la luz,
Que es incendio que arde en nuestros
ojos
En la pasión del mediodía
Y que luego en la tarde es larga
despedida
Delicada y sutil, pero que nunca es
nuestra.
Qué injusta es la luz,
Que ilumina los cielos y las nubes,
El lujo y la elegancia de su
inconsistencia,
Y olvida a los que estamos debajo,
Practicando la niebla para sobrevivir.
Qué injusta es la luz,
Que destaca en el cielo las negras
golondrinas
Que toda se la tragan, animales que
vuelan orgullosos
Sin dudar de su ruta incomprensible.
Qué injusta es la luz, cuando nos
abandona,
Y qué injusta es la luz, cuando nos
ilumina,
Y nos muestra la edad que hemos
gastado,
Y nos muestra lo bellos, y lo feos que
somos,
E ignora nuestras almas, que han
crecido en dolor,
Y nos deja en ridículo
A aquellos que intentamos
Ocultar su verdad, tan clara y tan
injusta.
2 comentarios:
¡Gracias Juan por este poema!
Miguel (Pontevedra)
¡Gracias Juan por este poema!
Miguel (Pontevedra)
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